La necesidad de adorar a Dios

La necesidad de adorar a Dios siempre.



La humanidad distribuida en los diversos pueblos de nuestro planeta tiene una gran diversidad de cultos, hay quienes adoran la tierra, algunos adoran al sol, otras comunidades adoran a los animales, otros pueblos reconocen a Dios pero lo adoran de acuerdo a su preferencia, y hallamos también a quienes quieren tener un “dios” de acuerdo a sus deseos.

Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová Dios. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová Dios con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Entonces se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” Génesis 4:3-5.

En el corazón humano está presente la necesidad de adorar a Dios, esta es una facultad o virtud del espíritu humano creado por Dios, y por esto mismo es él quien nos instruye acerca de la verdadera adoración.   

Desde el comienzo vemos que Dios destacó la adoración de Abel en el libro de Génesis, pues aquella adoración estaba cimentada en la fe, en el sacrificio del cordero, en su vida recta y justa, y por supuesto en el temor al Señor. 

Dios nos llama, no a un breve tiempo de adoración, sino a una vida de obediencia que brilla en todo tiempo, en la que los motivos del corazón humano procuran glorificar al Creador. Dios honra a los que le honran. 

Dios ha preparado tesoros de su revelación para aquellos que le buscan con diligencia, él quiere darse a conocer, él quiere revelar sus propósitos y equipar a sus hijos para hacer su voluntad. Ante todas estas cosas como cristianos debemos fortalecer y renovar nuestra vida de oración, pues hay grandes metas que alcanzar para la gloria de Dios. 

Sé fiel a Dios, busca su rostro y dale el primer lugar a su consejo, y entonces prosperarás en todo lo que emprendas. 



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La necesidad de adorar a Dios está en todos los corazones nacidos de nuevo en Cristo.  
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